Muchas veces he pensado que ser pediatra ha sido cada
día vencer un reto enorme, es reinventarse para ser mejor que el día anterior
..por esa y muchas razones más - que no son motivo hoy para exponerlas- y que a
la vez es mi mayor motivo de orgullo personal ser pediatra; esta pequeña y
apretada nota expresa un poco mi amor por el arte que practico, porque debo
confesar que amo mucho esta carrera, me apasiona mi trabajo y conozco a muchos
colegas del INSN que comparten ese sentir, esa pasión y amor por la
especialidad...a todos ellos y ellas va mi afectuoso , sincero y respetuoso saludo
en un día tan especial; para los que tuve como Maestros va mi mayor gratitud
por sus enseñanzas y generosidad de compartir su conocimiento y experiencia y a
quienes son mis amigos y colegas les doy un fuerte abrazo, mi mayor
consideración y admiración por sutrabajo diario ..con todo cariño.Ily SER
PEDIATRA Dra. Iliana Romero GiraldoSer pediatra no sólo es ser médico de niños,
de verdad significa muchas, tantas cosas.Significa sentir en el alma, como si
fuera propia, esa fragilidad del niño que viene buscando ayuda en brazos de
preocupados, angustiados padres que depositan sus esperanzas en tu ciencia y
experiencia – que serán puestas a prueba, a veces al límite –pues eres a quien
confían lo más preciado para ellos: sus hijos.Es saber sobreponerse al dolor de
ver llorar, quejarse, sufrir a alguien pequeño, tan vulnerable mientras buscas
en tu mente la solución del rompecabezas, dedicando incluso tus horas libres a
buscar la manera de hacer más… Y es que son tan frágiles criaturas, que se
siente como si tuvieras entre tus dedos una mariposa herida sabiendo que
cualquiercálculo errado, cualquier movimiento en falso puede dañarla en su
bella y perfecta integridad y armonía para siempre.Es aprender a tolerar el
llanto mientras tratas de auscultar o escribir la historia, el vómito
intempestivo que te salpica el mandil, los chorros sorpresa de orina del
paciente que examinabas, la tos o estornudo en la cara, las patadas que te dan
mientras tratas deverles el oído o la garganta y mientras reniegas de tu
suerte, de repente asoma como una flor la sonrisa del niño, ese gorjeo de
pajarito lindo, el balbuceo coronado con una hilerade dientes que te hacen
olvidar todo, hasta el cansancio y te dan ganas de hacerle cosquillas a esa
barriga o apretarles los cachetes nada más porque se siente tan bien estar en
contacto con un ser tan inocente y puro que te hace recordar que no eres un
dios, sino el más humano de todos los seres y tu razón de estar ahí es por él o
por ella.Ser pediatra es aprender a recibir en la mejilla el beso húmedo, con
pegoste de caramelo o chocolate que tu paciente te dio antes de irse,
sostenerlo en tus brazos cuando escuchas que llora y no hay quien lo cargue y
hasta a veces darle de comer mientras su mamá llega apurada. Es aprender a
entender a los padres, a consolarlos, a enseñarles, a escucharlos, a
soportarlos y hasta perdonarlos. A veces hasta llorar a solas compartiendola
pena y el dolor ante lo inevitable mostrandose valiente y sereno luego aun
cuando el corazón se te estruja y parte.Significa haber aceptado que en el
fondo de tu corazón de alguna manera guardas al niño o niña que fuiste, como
mágico Peter Pan que nunca creció sino que se hizo grande y maduro pero está
presente en cada sonrisa tuya, en cada gesto de amor y bondad hacia tus niños. Es
esa sensación que te arranca una sonrisa cuando miras irse a casa a tu paciente
ya recuperado, mientras mueve su manito diciéndote adiós o mandándote ese beso
volado que vale más que nada de lo que se pueda comprar con dinero porque te
sabe a triunfo y te llena el alma de orgullo y satisfacción de deber cumplido,
algo que nadie más comparte, es solo tuyo.Por eso ser pediatra es un regalo
precioso de la vida, un chance de compartir lo que más nos gusta hacer y a la
vez disfrutar con nuestros pacientes los gestos, las experiencias que se
guardan con mucha alegría en el corazón- al igual que las tristezas de lo que
no sepudo lograr a pesar que se peleo tanto-, esos recuerdos nos acompañarán
siempre al igual que la gratitud, las bendiciones, la sonrisa de los padres y
sus niños, que hicieron que esta existencia fuera útil, provechosa, plena y que
permiten en días como hoy cuando nos saludan sentirno muy afortunados por
semejante privilegio: ser médico de niños y de adolescentes sí, pero
sobre todo ser médicos que dan su mejor empeño y su propiocorazón al servicio
de ellos, con una sola arma: con amor y solamente por amor a su arte y ciencia
siempre para los más pequeños de nuestro país.: Iliana Romero Giraldo
Pediatra INSN.
wuao habia muchas cosas que no sabia gracias a used señorita creo que voy a ser una pediatra haci puedo ayudar a los niños y a algunos adolescentes
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